Descripción
En 1583, la Armada española bordeó Escocia. La leyenda afirma que uno de los barcos españoles se hundió en la bahía de Thain (ahora bahía de Dornoch), no lejos de la destilería. Algunos de los marineros supervivientes decidieron quedarse para siempre en Escocia.
El whisky Glenmorangie The Tayne 1L fue creado con el pensamiento de estos navegantes y su barco hundido. La exposición en barricas de jerez le dio sutiles matices "españoles", desplegándose con un aroma floral inusual y un sabor con tonos de frutas maduras del sur.
Tiene una textura cálida y aceitosa, con tonos ricos y dulces de caramelo, azúcar morena, frutas tropicales y nueces de Brasil.
Excelente en el consumo propio como digestivo, en el vaso se recomienda agregar cubitos de hielo.
En 1583, la Armada española bordeó Escocia. La leyenda afirma que uno de los barcos españoles se hundió en la bahía de Thain (ahora bahía de Dornoch), no lejos de la destilería. Algunos de los marineros supervivientes decidieron quedarse para siempre en Escocia.
El whisky Glenmorangie The Tayne 1L fue creado con el pensamiento de estos navegantes y su barco hundido. La exposición en barricas de jerez le dio sutiles matices "españoles", desplegándose con un aroma floral inusual y un sabor con tonos de frutas maduras del sur.
Tiene una textura cálida y aceitosa, con tonos ricos y dulces de caramelo, azúcar morena, frutas tropicales y nueces de Brasil.
Excelente en el consumo propio como digestivo, en el vaso se recomienda agregar cubitos de hielo.
La Destilería
Glenmorangie Distillery
Glenmorangie es una de las destilerías de whisky más respetadas de Escocia y, por extensión, del mundo. Su historia se inició ya en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando muchos destiladores británicos elaboraban sus licores en la clandestinidad acuciados por los altísimos impuestos con los que se gavaba a los fabricantes.
Glenmorangie Distillery
Glenmorangie es una de las destilerías de whisky más respetadas de Escocia y, por extensión, del mundo. Su historia se inició ya en la segunda mitad del siglo XVIII, cuando muchos destiladores británicos elaboraban sus licores en la clandestinidad acuciados por los altísimos impuestos con los que se gavaba a los fabricantes.
Ficha técnica
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