Las cervezas Kasteel tienen su origen gracias a la idea de uno de los hijos de Emiel Van Honsebrouck, la entrada en el negocio familiar de los dos hijos de Emiel, Paul y Ernest, ayudaron a que este negocio se hiciera un hueco en el mundo de la cerveza belga. Gracias al cambio que hicieron, el de dejar de producir cerveza tipo pilsen para centrarse en la de alta fermentación, Van Honsebrouck ha llegado a ser una de las grandes cervecerías. Dentro de su amplia gama de cervezas de alta fermentación, se encuentra la Kasteel Tripel, una cerveza rubia muy especial que se elabora a partir de una buena dosis de lúpulo aromático mezclado con malta pálida, vainilla y hierbas. Una mezcla que ofrece una cerveza de color amarillo tirando a ambar de espuma media que tiene un afrutado aroma algo especiado donde se aprecia mucho los sabores de frutas acidas y frutos secos acompañados de algunos toques dulces.

Las cervezas Kasteel tienen su origen gracias a la idea de uno de los hijos de Emiel Van Honsebrouck, la entrada en el negocio familiar de los dos hijos de Emiel, Paul y Ernest, ayudaron a que este negocio se hiciera un hueco en el mundo de la cerveza belga. Gracias al cambio que hicieron, el de dejar de producir cerveza tipo pilsen para centrarse en la de alta fermentación, Van Honsebrouck ha llegado a ser una de las grandes cervecerías.

Dentro de su amplia gama de cervezas de alta fermentación, se encuentra la Kasteel Tripel, una cerveza rubia muy especial que se elabora a partir de una buena dosis de lúpulo aromático mezclado con malta pálida, vainilla y hierbas.

Una mezcla que ofrece una cerveza de color amarillo tirando a ambar de espuma media que tiene un afrutado aroma algo especiado donde se aprecia mucho los sabores de frutas acidas y frutos secos acompañados de algunos toques dulces.